El lleva la sensualidad en la sangre, tiene esa mirada que me invita a exponer esa parte de mi que trata de mantenerse oculta.
Provoca aventurarme y perderme en el color de su piel, en el café de sus ojos, en su tierno color de labios, en su fresca sonrisa, provoca a mis dedos querer jugar en su cabello...
El tan libre y tan prohibido.
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