Muchas mañanas me he despertado pensándote, recordando con detalle ese último beso lindo que nos dimos y le susurro a este corazón que el sentimiento es real y que el extrañarte hace de el algo más fuerte...

Fui fuego por ti…

Encendiste mi corazón a lo mas alto de su llama

Alimentaste con besos el fuego de mi alma fingiendo amor…

Como duele ser esa…
La que suplanta a la que amas cuando no la ves.

Como duele sentir…
Que todo ese amor fue fingido.

Como duele amar…
De nuevo, sin darme cuenta que fuimos un juego.

No debimos pasar

No estoy lista para olvidarme de esa idea.
Nuestra idea…

Sabemos que lo que hacemos no es lo que deberíamos
pero ¿Por qué parar?
Yo pienso que se debe a “esto” que nos enreda y nos hace no sentir culpa…

¿Alguna vez has amado?- el pregunto…

Ciertamente – conteste…

¿Y cómo es? ¿Qué se siente?- pregunto una vez más…

Es inexplicable le dije, es como si te sintieras uno con esa persona... y con solo un beso tu mundo explota y se rehace al mismo tiempo, tus manos sienten que conocen esas, que aunque son extrañas se acoplan muy bien a las tuyas, las mariposas en el estomago jamás descansan porque uno siempre está pensando en quien uno ama…

¿Me amaste?- pregunto

Con mi vida concluí…

Fue esa nuestra última conversación.